La regulación de metano en Europa y la economía verde en Brasil envían una señal clara a Argentina: el futuro energético será regulado y con empleo calificado

Mientras Europa endurece exigencias ambientales a sus proveedores de gas, Brasil apuesta a la economía verde como motor de empleo. Argentina debe leer ambos movimientos como advertencia estratégica.

Política y Regulación11/11/2025RedacciónRedacción

La reciente aprobación del Reglamento de Emisiones de Metano por parte de la Unión Europea y los resultados de una encuesta nacional en Brasil sobre la economía verde revelan dos caras de una misma tendencia: la transición energética no solo será regulada, sino también generadora de empleo en los países que se adapten con visión estratégica. Para Argentina, que proyecta exportar GNL a gran escala en la próxima década, el mensaje es claro: sin cumplimiento ambiental y capacidades laborales alineadas, el país podría perder competitividad en los principales mercados internacionales.

La normativa europea exige que las importaciones de gas cumplan con estándares estrictos de medición, reporte y mitigación de emisiones de metano. Esto implica que productores de América Latina deberán desarrollar capacidades técnicas, institucionales y normativas para seguir accediendo a Europa, el mayor comprador mundial de GNL después de Asia. Si no se actúa a tiempo, proyectos como Argentina LNG podrían enfrentar barreras no arancelarias que limiten su viabilidad económica.

En paralelo, Brasil muestra otro ángulo de la transición. Según una encuesta de la Agencia Brasileña de Desarrollo Industrial, el 75 % de la población cree que la economía verde generará empleo, y ese optimismo crece con el nivel educativo. El estudio refuerza una idea clave: los países que lideren la transición no solo deberán invertir en infraestructura y regulaciones, sino también en formación técnica y reconversión laboral para sostener su competitividad industrial y energética.

Para Argentina, esto implica actuar en tres frentes: desarrollar marcos regulatorios compatibles con exigencias internacionales, garantizar trazabilidad ambiental en la cadena del gas, y construir una estrategia de formación profesional vinculada a los empleos verdes. La combinación de presión externa (UE) y oportunidad interna (empleo verde) marca el nuevo tablero en el que se jugará el desarrollo energético del país.

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