El petróleo barato importado pone en jaque la competitividad de refinerías: un espejo para Argentina

La política arancelaria de EE.UU. expone los riesgos de un mercado de combustibles vulnerable a las distorsiones externas.

Economía y Mercados16/09/2025RedacciónRedacción

La administración de Donald Trump decidió mantener la exención arancelaria para el petróleo importado de Brasil, mientras aplica tarifas a insumos industriales clave. Esta medida busca evitar un aumento del precio final de los combustibles, pero al mismo tiempo genera un desplazamiento de producción local, especialmente entre pequeñas refinerías independientes que no pueden competir con el crudo importado más barato.

Este fenómeno refleja una tensión creciente que también enfrenta Argentina: cómo equilibrar el abastecimiento interno de combustibles con la necesidad de mantener precios competitivos sin desalentar la producción nacional. La reciente suba del Brent y los conflictos geopolíticos —como los ataques a refinerías rusas— vuelven a encarecer el crudo, al tiempo que las empresas locales reclaman mayor previsibilidad regulatoria y fiscal para sostener la actividad.

En el caso argentino, el sistema de precios internos controlados y los cupos de exportación funcionan como amortiguadores, pero también generan distorsiones que afectan las decisiones de inversión. Las refinerías que dependen de petróleo importado están expuestas al riesgo cambiario y al costo logístico, mientras que las que procesan crudo local reclaman reglas claras para planificar compras y mantenimiento.

La lección que deja el caso estadounidense es clara: una política energética reactiva ante las presiones externas puede resultar costosa, tanto en términos de empleo como de competitividad estructural. En un contexto donde la transición energética global avanza con velocidades dispares, Argentina necesita definir una estrategia que proteja a su industria sin caer en soluciones de corto plazo.

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