Exportaciones de GNL: qué aprendió Argentina del invierno 2024 y cómo se prepara para 2025

El desempeño del sistema gasífero en 2024 marcó hitos, pero también dejó lecciones para el diseño de la oferta 2025.

Energía30/06/2025RedacciónRedacción

El invierno 2024 fue una prueba de estrés para el sistema gasífero argentino. Si bien se evitó un colapso generalizado, los cuellos de botella en transporte y la alta demanda térmica obligaron a compras spot de GNL en condiciones menos favorables que las previstas.

Cammesa adquirió cargamentos a precios superiores a los esperados, debido a un repunte del mercado internacional y limitaciones logísticas. Esto encareció el costo fiscal y forzó restricciones a industrias en ciertos picos de demanda.

Enarsa, en coordinación con IEASA, aceleró gestiones para mejorar el uso del Gasoducto Néstor Kirchner y priorizar la reversión del Gasoducto Norte. Sin embargo, aún se depende de las terminales regasificadoras y del swap con Bolivia.

De cara al invierno 2025, la planificación busca una mayor diversificación. Se exploran contratos de GNL más flexibles, nuevos acuerdos con Bolivia y la eventual exportación estacional desde el sur mediante barcazas.

YPF, Excelerate y otras empresas proyectan iniciativas de licuefacción modular para convertir a Argentina en exportador neto durante el verano. La estrategia implica sumar valor al gas de Vaca Muerta y equilibrar la balanza energética.

Las exportaciones de GNL no son aún estructurales, pero pueden marcar el inicio de una nueva etapa si se consolida la infraestructura y mejora la macroeconomía. El invierno dejó enseñanzas clave para construir esa visión.

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